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Sexo anal: todo lo que necesitas saber

Anal Sex – Here’s Absolutely Everything You Need to Know

Así que has oído hablar del juego anal e incluso te ha picado la curiosidad, pero la gente dice un montón de cosas sobre él. ¡Vamos a desmentir algunos mitos para que te sientas más cómodo!

Mitos desmentidos

Mito n.° 1: Duele y eso es normal:

¡En absoluto! Si se hace correctamente no debería doler nada.
Una ligera molestia al principio puede ser normal, pero a medida que cojas experiencia, incluso esa molestia desaparecerá. ¡Ve despacio! Necesitarás calentar y puede que tarde un poco más que con otros orificios más acostumbrados. Aplica mucho lubricante, relájate y respira. Si nada de eso ayuda, no te preocupes, simplemente haz una pausa y vuelve a intentarlo en otro momento. No hay prisa y está perfectamente bien no estar siempre preparado/a.

Mito n.° 2: Debes usar una crema/lubricante anestésico:

¡Para nada! Con eso, lo único que consigues es perder las sensaciones que deberías disfrutar y, además, adormecer cualquier dolor que te indique que debes parar. Aunque lesionarse no duela mientras se está adormecido, sin duda dolerá cuando desaparezca el adormecimiento. ¡Lo que quieres es evitar lastimarte, no solo evitar sentirlo cuando ocurre!

Mito n.° 3: El pegging solo es bueno para el receptor:

Para nada. ¡El sexo es mucho más que sensaciones físicas! El que da el sexo puede experimentar todo tipo de placer, desde estar en una posición más dominante hasta simplemente poder observar desde la perspectiva del que da el sexo. Además, muchos arneses con correas tienen pequeños bolsillos para vibradores o consoladores que apuntan hacia el que da el sexo, ¡así que también pueden disfrutar de una estimulación física increíble!

Mito #4 – Sólo los hombres lo disfrutan:

Cualquier persona, independientemente de su género, puede disfrutar del sexo anal. No se necesita próstata para alcanzar el orgasmo mediante el sexo anal, especialmente si se estimulan otras zonas (por ejemplo, el clítoris). La penetración anal en personas con vulva puede estimular la zona alrededor del punto G y provocar orgasmos realmente intensos.

Mito #5 – Te provocará daños permanentes, incontinencia, prolapso, etc.

Cualquier tipo de sexo puede lesionarte si se realiza de forma incorrecta. Puedes causarte daño si tienes sequedad vaginal y no usas lubricante durante el coito. Puedes lesionarte la garganta con un pene grande. Si vas despacio, prepárate bien; lo único permanente deberían ser los recuerdos divertidos.

Algunos errores comunes

El juego anal puede ser divertidísimo. Sin embargo, hay muchos errores que debes evitar. Con el tiempo, también pueden convertirse en recuerdos divertidos, pero quizás sea más fácil evitarlos desde el principio.


Imagina que terminas una sesión de juego ardiente con tu juguete anal favorito como el PleX with Flex. El sudor resbalando por tu frente, el corazón aún acelerado, jadeando por aire. Mientras bajas de esa intensidad, te imaginas una buena ducha caliente y vas directo al baño. La suave caricia de la toalla sobre tu piel tras salir de la ducha, y ya te apetece picar algo. ¡Además hay un nuevo episodio de tu serie favorita! La vida es perfecta. Incluso puede que te quedes dormido en el sofá un rato. Qué gusto, ¿verdad? ¿Adivinas qué has olvidado? Exacto, tu pobre juguete sigue esperando en tu habitación. También quiere esa ducha caliente, pero se te ha pasado por completo. Limpiar lubricante seco y fluidos corporales de un juguete es mucho más difícil que hacerlo en el momento. Dejarlo sucio mucho tiempo también puede dañar el material. Lo más sencillo es llevártelo contigo y limpiarlo mientras te duchas.

  • Guardándolo en un recipiente hermético.


En el caso de los juguetes anales de silicona, los olores solubles en aceite pueden quedar bastante adheridos a la silicona, así que aunque limpies y desinfectes el juguete perfectamente, puede que siga oliendo... bueno... a usado. Si tu primer instinto es guardarlo en un recipiente hermético o una bolsa zip, ¡no lo hagas! Solo atraparás los olores junto al juguete y te llevarás una desagradable sorpresa la próxima vez que abras la bolsa o el recipiente. Deja el juguete en un lugar seco, oscuro y bien ventilado, y simplemente deja que se airee. Incluso tras el peor accidente, tu juguete debería estar como nuevo en una semana como mucho.

  • Ir demasiado rápido


Puedes estar muy excitado al sentir que tu juguete o pareja está casi completamente dentro de ti. Si en ese momento te impacientas y empujas del todo a tu pareja, o das un empujón extra a tu juguete para que entre del todo, podrías causar un dolor inesperado y arruinar el placer que habías estado construyendo con tanto cuidado. La paciencia y la lentitud son clave aquí, así que no te apresures. Vive el presente y disfruta cada paso del proceso, ¡no solo el final! Sentir cómo el ano se relaja y se dilata poco a poco, y notar cada centímetro de tu pareja o juguete entrando lentamente es tremendamente excitante, así que no te pierdas esos detalles por centrarte demasiado en el desenlace.

  • No usar suficiente lubricante


No tengas reparos con el lubricante. ¿Y qué si la sábana termina llena de lubricante? ¿Y qué si sigues perdiendo lubricante una hora después de la sesión? ¡Es mucho mejor que darte cuenta de que te faltó aplicar más! Consejo profesional: después de jugar, pasa 5 minutos sentado en el baño relajándote antes de ducharte. Incluso así, es posible que algo de lubricante salga un poco más tarde, así que prepárate para eso. Confiar en un pedo siempre es arriesgado, pero ahora más que nunca, así que quizá evita salir en público solo con pantalones blancos ajustados y sin ropa interior. Además, dependiendo del tipo de lubricante, puede que necesites reaplicar durante el juego, así que escucha a tu cuerpo y si la fricción empieza a ser intensa, haz una pausa y añade más.

Consejos para tener orgasmos anales

Los orgasmos anales pueden ser increíblemente intensos, ¡de esos que te dejan sin aliento y te hacen temblar! Si tienes pene y próstata, puedes eyacular mediante la estimulación prostática y, casi inmediatamente después, liberar una segunda carga masturbando el pene. Esto requiere práctica y no siempre sale a la perfección, ¡pero sin duda merece la pena experimentar! Empieza estimulando la próstata y masturbándote a la vez. Al principio, el orgasmo será casi totalmente fruto de la masturbación, y la estimulación anal solo añadirá un extra placentero. Con más experiencia, cuando estés cerca del clímax, puedes reducir intencionadamente la intensidad de la masturbación y centrarte más en el juego prostático. Con el tiempo, incluso podrás llegar al orgasmo sin usar las manos. Consejo divertido: después o mientras eyaculas por la estimulación prostática, vuelve a masturbarte y comprueba si puedes correrte una segunda vez así. Mantener la estimulación prostática en este punto es opcional. Los mismos consejos se pueden aplicar a quienes tienen vagina y clítoris. En este caso, en vez de masturbar el pene, estimularás el clítoris, y en vez de la próstata, la zona del punto G.

Por qué no es sólo para hombres homosexuales

No solo los hombres gais tienen próstata, así que la estimulación es exactamente la misma independientemente de tu orientación sexual. Las personas con vagina y sin próstata también pueden disfrutar del juego anal porque el ano está repleto de terminaciones nerviosas y su estimulación puede ser muy placentera. Además, con el ángulo adecuado, la penetración anal puede estimular la zona del punto G. Más allá de lo físico, la emoción de probar algo nuevo o de hacer algo poco habitual puede ser gratificante en sí misma.

Introduce juguetes en tus sesiones de juego como PleX con Flex

¡Los juguetes pueden ser un gran complemento para tus sesiones de juego anal! ¡Vienen en muchísimas formas, tamaños y colores! Algunos vibran, otros se mueven, ¡y algunos simplemente son geniales! Tanto si estás empezando como si ya tienes experiencia con el juego anal, PleX con Flex y su tecnología de agudos y graves sin duda será un complemento muy divertido para tus sesiones.

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