Los neurocientíficos tienen un dicho: las neuronas (células cerebrales) que se activan (se activan) juntas se conectan (desarrollan más conexiones) entre sí.
Lo que eso significa es que cuanto más usemos nuestra mente para hacer conexiones entre sensaciones y experiencias placenteras, más intensas y placenteras pueden volverse nuestras sensaciones eróticas.
La capacidad de tener experiencias sexuales placenteras y orgasmos es una forma de aprendizaje. Cuanto más establecemos estas conexiones, más fuertes se vuelven las conexiones de la vía del placer entre nuestros genitales y los centros de placer de nuestro cerebro.
Piénsalo como el fortalecimiento muscular mediante el ejercicio regular. Podemos intensificar nuestras sensaciones genitales y aumentar nuestro potencial orgásmico si nos acostamos y fortalecemos esas vías una y otra vez.
Este ejercicio te ofrece una manera de aumentar tu capacidad para acceder a las sensaciones en tus genitales, lo que a su vez te facilitará el acceso al placer sexual. Basándome en mi investigación, creé este ejercicio tras estudiar la diferencia entre el tacto imaginario y el tacto físico real de los genitales.
Lo que descubrí en mi estudio fue que sólo pensar en una estimulación sexual placentera sin ningún contacto, podía iluminar los centros de placer del cerebro como un árbol de Navidad, ¡muy parecido a lo que los orgasmos le hacen al cerebro!
Instrucciones
Busca un lugar cómodo donde no te molesten. Usa ropa cómoda que te permita acceder fácilmente a tus partes íntimas. Pon música agradable y quizás enciende una vela. Recuerda que este es el momento de simplemente experimentar tus sensaciones; la intención no es llegar al orgasmo.
Comienza golpeando y acariciando rítmicamente tu clítoris (si lo prefieres, puedes simplemente tocar cualquier área de tus genitales, incluso usar tus dedos para explorar tu vagina).
Concéntrese en cómo se sienten sus dedos mientras experimentan las sensaciones del tacto cuando usted se toca a sí mismo, y luego amplíe su conciencia sensorial para incluir también cómo se sienten su clítoris y sus genitales al recibir el tacto.
Mientras golpea o acaricia rítmicamente sus genitales, simplemente registre las sensaciones buenas o placenteras; esto no tiene intención de ser erótico.
Después de unos cinco minutos de golpeteo, descansa uno o dos minutos y observa cualquier sensación que persista después del toque. Solemos no prestar mucha atención a la gama completa de nuestras sensaciones: cómo se registran, aumentan o disminuyen. Sintonizar con las sensaciones más sutiles a medida que se acumulan o se liberan es una buena práctica para sintonizar con nuestra capacidad de registrarlas.
Ahora es momento de conectar con tu imaginación. Durante uno o dos minutos, piensa en tocarte los genitales exactamente igual que en la primera parte del ejercicio. Conéctate con la experiencia y no te preocupes si no sientes sensaciones en los genitales con solo pensar en ellos. Concéntrate en la experiencia imaginada.
Continúa intercalando rondas de estimulación táctil real con rondas de estimulación imaginativa y simplemente presta atención a todas tus sensaciones. La clave está en la repetición. Cuanto más alternes entre rondas de tacto y rondas de tacto imaginativo, más activarás el poder de la imaginación para acceder a las sensaciones.
Nuevamente, este ejercicio no pretende provocar un orgasmo ni excitarte. Está diseñado para enseñarte a concentrarte en experimentar las sensaciones corporales, tanto al tocar como al imaginar el tacto.
También puedes hacer lo mismo con tus pezones (ya seas hombre o mujer), ya que mis investigaciones han demostrado que los pezones también abren el camino hacia el lugar donde se encuentran las sensaciones genitales. También puedes practicar tocar cualquier parte de tu cuerpo (labios, cuello, cara interna de los muslos, etc.) que te resulte placentera y sensual.
Relájate y disfruta. Recuerda que el placer no es un lujo. Es una necesidad para el bienestar.
Prima
Para mayor diversión, puede combinar este ejercicio alternando entre concentrarse en la estimulación KURVE real y luego pensar en las sensaciones que persisten después de detener la estimulación, e intercalar rondas de estimulación KURVE con rondas de estimulación imaginaria; simplemente preste atención a todas sus sensaciones.
La clave aquí es la repetición. Cuanto más alternes rondas de estimulación física real de tu punto G con rondas de estimulación imaginaria, más activarás la imaginación para acceder a estas sensaciones.