Soy un hombre de 69 años con diagnóstico de ELA desde hace dos años. Mi esposa tiene 65 años y es mi cuidadora principal. Sus cuidados incluyen prepararme, levantarme de sillas y camas, administrarme la medicación y asegurarse de que no me haya caído, ya que no puedo levantarme por mí mismo.
La madre de mi esposa, de 93 años, también vivió con nosotros hasta su reciente fallecimiento. Tenía problemas de memoria a corto plazo. Mi esposa se encargó de todo, tanto para ella como para mí.
Llevamos aproximadamente 24 años en un matrimonio sin sexo. Sigo teniendo libido, pero mi esposa dice que la suya ha desaparecido por completo. Ha aceptado que me masturbe, pero se resiste a ayudarme o a tener relaciones sexuales conmigo.
He podido masturbarme un par de veces, lo que me ha aliviado un poco la tensión. Pero el problema persiste: mi esposa no tiene ningún interés en el sexo, y yo no tengo soluciones y me siento ignorado. ¿Tenemos alguna esperanza?
Joan responde:
Esta es una situación realmente difícil tanto para usted como para su esposa. Para quienes no lo sepan, la ELA , también conocida como enfermedad de Lou Gehrig, es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que causa pérdida del control muscular. Afecta las células nerviosas de la médula espinal y el cerebro.
Entiendo tu frustración: hay tantas cosas que no puedes hacer, y lo único que aún puedes disfrutar es el sexo, pero tu esposa no puede ser tu pareja sexual. También entiendo su punto de vista: probablemente esté física y emocionalmente agotada por cuidarte a ti y, hasta hace poco, a su madre. Es común que, cuando un matrimonio se convierte en una situación de cuidado, quien cuida deje de sentir atracción sexual hacia la pareja que necesita cuidados.
Dices que tu matrimonio fue asexual durante más de dos décadas antes de tu diagnóstico de ELA, así que no me haría mucha ilusión que la falta de interés sexual de tu esposa cambie. Mejor invierte en uno o dos buenos juguetes sexuales que puedas usar solo, incluso con las manos libres, como el PULSE SOLO LUX y el JETT . Quizás también podrías hablar con tu esposa sobre la posibilidad de invitar a una trabajadora sexual madura o a una masajista erótica a visitarla de vez en cuando para un final feliz, si te interesa. (Tu esposa podría disfrutar de estar sola una tarde, sabiendo que estás en buenas manos).
