El mundo de la tecnología sexual avanza a un ritmo vertiginoso: desde nuevos motores que crean sensaciones únicas hasta juguetes teledildónicos que funcionan a larga distancia. En ese contexto, está muy bien tener una idea genial, pero ¿cómo llevar al mercado los juguetes sexuales del futuro? Charlamos con uno de nuestros cofundadores, Adam Lewis, sobre el desarrollo de PULSE, el futuro de los juguetes sexuales y algunas sorpresas de Hot Octopuss…
¿Cuánto tiempo se tarda realmente en llevar un juguete sexual genial desde la idea inicial hasta los dormitorios de la gente?
Bueno, con PULSE, tardamos unos 4 años, un tiempo larguísimo en el desarrollo de juguetes sexuales. Si creas una variación de un juguete ya existente, es mucho más rápido. Pero el PulsePlate™ es único : nadie había usado vibraciones oscilantes como esas antes, así que nos llevó mucho más tiempo que a la mayoría poner el producto a disposición del público. Ahora que hemos inventado esta tecnología innovadora, podemos usarla en otros juguetes más rápidamente, y hemos estado buscando maneras interesantes de aplicar el PulsePlate™, y el próximo año lanzaremos novedades brillantes.
Cuéntanos el proceso: ¿cómo pasas de la idea a la realidad?
Bueno, empezamos con una discusión en equipo: exploramos la idea y vemos si es plausible. Bueno, supongo que "plausible" no siempre es la palabra correcta. Como queremos hacer cosas que no se han hecho antes, ¡puede que no siempre parezcan plausibles al principio! Así que, "bien", supongo. Básicamente, estamos viendo si esta idea realmente se siente bien.
El siguiente paso es proponerlo a nuestra empresa de diseño. Normalmente quieren un focus group, pero preferimos hacerlo nosotros mismos. Por ejemplo, uno de nuestros nuevos juguetes, que saldrá el año que viene, está diseñado para ser un juguete sexual potente e intenso para mujeres. Así que reunimos a un grupo de mujeres que escriben blogs sobre sexo y les pedimos su opinión.
A continuación, la empresa de diseño toma las ideas de nuestro grupo y crea conceptos. También prototipan ciertos elementos: si queremos usar una nueva forma o material, por ejemplo, lo prototipan.
Adam es un gran aficionado a los prototipos y la experimentación. Explica que la tecnología sexual no se trata solo de inventar motores nuevos; le apasiona el diseño ergonómico. Quiere crear juguetes sexuales que se sientan naturales y cómodos en la palma de la mano, que se integren a la perfección en tu experiencia sexual en lugar de resultar un añadido incómodo. Y a veces eso lleva tiempo.
Con PULSE , estábamos haciendo algo tan diferente que ni siquiera teníamos las herramientas para empezar; tuvimos que idear nuevas formas de hacer moldes para formar el juguete. Pero una de las principales cosas que queríamos era asegurarnos de que se viera bien y se sintiera natural.
Sin embargo, no siempre es posible: mientras Adam se entusiasma con una de sus últimas ideas sobre cómo funcionan los motores y las vibraciones, explica que la tecnología actual simplemente no está ahí para hacer posible lo que él quiere:
“A veces la tecnología sexual necesita un poco de tiempo para alcanzar nuestra imaginación”.
¿Qué hay de las patentes? ¿Es obligatorio patentar las ideas y diseños?
Tenemos una patente para PulsePlate™, ¡y lleva mucho tiempo! Supongamos que tienes una idea realmente original: primero vas a un abogado de patentes y este realiza una serie de búsquedas, buscando algo anterior a tu idea y similar. Luego, te explican qué es tu patente (qué intentas proteger realmente) y la solicitas. Después, la oficina de patentes te sugiere otras opciones que podrían tener un efecto similar. Así que perfeccionas tu solicitud y la revisas. En total, para PULSE, tardó entre tres y cuatro años.
¿Y qué hay del diseño?
Para nosotros, el diseño siempre es consecuencia de la función. Inventamos la tecnología PulsePlate™, así que el diseño del juguete tenía que ser el que mejor se adaptara a ella, aprovechando al máximo las oscilaciones. También protegemos nuestros diseños, aunque las patentes de diseño son mucho más difíciles de hacer cumplir que las patentes de utilidad. Por eso, a menudo veo copias de diseños ajenos y me parte el corazón. Si veo un juguete sexual que es una copia de un juguete sexual nuevo y genial, pienso: alguien se ha esforzado mucho en eso y te has apropiado de la idea. Es desgarrador.
Hablando de nuevos diseños… ¿qué sigue para Hot Octopuss?
Lanzaremos dos nuevos juguetes a principios del año que viene, lo cual es increíblemente emocionante. Uno es un PULSE de nivel básico que es increíblemente efectivo, pero no utiliza nuestra tecnología patentada PulsePlate™, lo que nos permite ofrecer un precio más bajo. Será una excelente opción para quienes desean un PULSE pero no pueden permitírselo.
El otro es un juguete sexual femenino que utiliza la tecnología PulsePlate™ y, por lo tanto, las vibraciones únicas de PULSE, pero las incorpora a un producto diseñado para mujeres. Es mucho más competitivo en ese sector porque hay muchísimos juguetes sexuales increíbles para mujeres en el mercado. Pero tenemos el PulsePlate, que será potente y atractivo, así que estamos entusiasmados con su lanzamiento a principios del próximo año.
También hay muchas más ideas en desarrollo: Adam se entusiasma con las nuevas ideas para materiales y diseño ergonómico, así como con las nuevas versiones de clásicos como el anillo para el pene. Siempre hay nuevas oportunidades, especialmente con la creciente presencia de la tecnología sexual en los medios de comunicación, y cada vez más gente habla del futuro de los juguetes sexuales.
¿Dónde ves la tecnología sexual –y a Hot Octopuss– dentro de diez años?
Creo que el futuro está en la teledildónica, sin duda: juguetes sexuales que permiten tener sexo con alguien a distancia y que pueden interactuar con tu pornografía. No se trata de juguetes que se controlen con una aplicación; hay muchos juguetes sexuales que se pueden controlar a distancia mediante una aplicación. Eso está genial, pero en realidad no es diferente a tener otros tipos de control remoto.
Creo que el futuro de la tecnología sexual reside en ofrecer una experiencia de usuario única. Por ejemplo, en el futuro, tu PULSE podría sincronizarse con la pornografía en realidad virtual que estás viendo, lo que significa que los patrones de vibración se adaptarán a lo que sucede en la película. ¡Genial, ¿verdad?! Y, por supuesto, podrías extenderlo al chat en realidad virtual o al sexo con tu pareja: incluso si están lejos, tendrás una experiencia sexual totalmente virtual, pero estarán sincronizados.
Adam está entusiasmado con las posibilidades, aunque hay algunas áreas de la tecnología sexual que le resultan algo cautelosas. El debate sobre el futuro del sexo parece estar tan dominado por la inteligencia artificial y los "robots sexuales", que quiere intentar desviar la conversación de esos temas hacia áreas más emocionantes como la teledildónica y la realidad virtual.
Los robots parecen una versión tecnológicamente más sexual de las muñecas sexuales, y eso nos lleva de nuevo a un estigma que hemos combatido durante mucho tiempo. La idea de que los juguetes sexuales masculinos son para hombres que "no los encuentran en otro lugar" y que son simplemente un "reemplazo" de una pareja. No es cierto y es increíblemente perjudicial.
Sin embargo, apenas estamos empezando a ver un progreso real en ese sentido: cada vez más parejas llevan juguetes sexuales masculinos a sus dormitorios, y la gente empieza a comprender que no son solo un "reemplazo" para las personas. Ayuda que cada vez más juguetes sexuales masculinos adopten un enfoque como el nuestro, donde no están diseñados para parecer anatómicos.
¿Crees que la tecnología sexual ayudará a impulsar eso? Adam está muy seguro.
La gente ya está empezando a ver las posibilidades: el estigma de ver pornografía está desapareciendo, y cada vez más lo vemos como parte de una experiencia compartida con nuestras parejas. Además, al añadir cosas como los teledildónicos y juguetes como PULSE, que crean sensaciones realmente nuevas, la gente ve cómo los juguetes sexuales pueden enriquecer la vida sexual en lugar de sustituir a una pareja.
